¿Cómo está cambiando el Reino Unido la forma en que se protege a los usuarios ante estafas digitales?
- WAU Marketing
- 1 abr
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Uno de los temas menos discutidos pero más urgentes dentro de la evolución del sistema financiero es el impacto de las estafas en pagos instantáneos (o pagos rápidos), una modalidad que crece cada día en todo el mundo. Los pagos instantaneos permiten realizar transferencias de fondos entre cuentas bancarias en cualquier momento y día del año, el beneficiario recibe los fondos en tiempo real en su cuenta.

Entre 2017 y 2023, más de £1.7 mil millones fueron sustraídos de cuentas bancarias en el Reino Unido mediante fraudes y lo más preocupante: los titulares de las cuentas no pudieron recuperar ese dinero. En muchos casos, los usuarios no reportaron el fraude por los engorrosos procesos que implicaban las reclamaciones. Esto evidencia que, a pesar de los avances tecnológicos, el sistema no siempre estaba diseñado para proteger al consumidor final.
Ante esta realidad, el regulador británico de pagos (PSR) decidió actuar. A partir de octubre de 2024 entró en vigor una nueva regulación que marca un antes y un después: los bancos emisores y receptores serán responsables en partes iguales de reembolsar el dinero robado por estafas en pagos instantáneos.
Esto no solo mejora la protección al usuario, sino que crea un fuerte incentivo para que las entidades financieras refuercen sus sistemas y medidas de seguridad.
¿Por qué es tan importante este cambio?
Porque los pagos instantáneos están transformando la economía digital. Este tipo de pagos no solo es el más rápido del mundo, sino que ya es el preferido para transacciones en línea, y muy pronto lo será en cualquier tipo de comercio, sin importar la moneda.
La velocidad de estos pagos permite que el dinero “trabaje más veces en un mismo día”, lo cual impulsa el crecimiento económico. De hecho, se estima que la adopción de pagos instantáneos podría aumentar el PIB de los países de la UE entre un 1% y 2% anual.
Pero aquí viene el reto: la infraestructura tecnológica de muchos bancos sigue funcionando en modo “por lotes” o “batch”, es decir, no están actualizados en tiempo real. Más del 90% de los bancos actualizan sus sistemas de noche. Esto representa una desconexión peligrosa en un entorno donde el fraude opera en segundos.
Cambiando la lógica: de la culpa del usuario al incentivo de la protección
El modelo tradicional responsabiliza al usuario por haber autorizado el pago. En muchas jurisdicciones, incluidos varios países de la UE, el banco no tiene la obligación de verificar si el nombre del destinatario coincide con la cuenta. Bajo esa lógica, el cliente autoriza, el banco ejecuta y cualquier fraude es “culpa del usuario”.
El PSR está rompiendo con esa lógica al introducir un modelo de responsabilidad compartida. Esto cambia las reglas del juego y genera un incentivo económico real para que los bancos inviertan en #modernización de sistemas #legacy, seguridad, autenticación y verificación de cuentas. Además, los resultados de cada banco frente a este nuevo modelo serán públicos, fomentando una competencia positiva.
Verificar el nombre en la cuenta: una omisión histórica
Un punto clave en esta evolución es la verificación del nombre del beneficiario. Hasta ahora, muchos sistemas asumían que con el número de cuenta y código bancario era suficiente. Pero esta brecha ha sido aprovechada por los estafadores.
Por eso, iniciativas como “Confirmación del Beneficiario” y estándares que impulsa SWIFT (para vincular el IBAN con el nombre real del titular) son fundamentales. No es solo un tema técnico: es una nueva forma de construir confianza en los sistemas financieros digitales.
¿Y qué viene después?
El Reino Unido, además de ser el mayor centro de intercambio de divisas del mundo (con el 38% del volumen global), está liderando la conversación sobre cómo deben ser los pagos internacionales instantáneos. Esto incluye no solo transferencias en moneda #FIAT, sino también el potencial de operar con #criptoactivos en tiempo real.
La integración del PSR dentro de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) busca precisamente dar una respuesta unificada desde la regulación, evitando la duplicidad de entidades y fortaleciendo la supervisión de un ecosistema que evoluciona cada vez más rápido.
Reflexión final
Esta nueva normativa del Reino Unido no solo protege al consumidor. También envía un mensaje claro: la innovación financiera tiene que ir acompañada de responsabilidad.
En WAU hemos vivido de cerca los desafíos que conlleva operar con sistemas legacy, altamente acoplados y sin mecanismos seguros de integración. Estos entornos no solo comprometen la eficiencia operativa sino que además se convierten en una puerta abierta para riesgos de seguridad y fraudes, tanto para los usuarios como para las instituciones financieras.
Por eso, la modernización tecnológica no es un lujo ni una opción a evaluar en el tiempo: debe ser una prioridad estratégica en el roadmap del sector bancario. Apostar por arquitecturas abiertas, seguras y flexibles es clave para construir un ecosistema financiero más robusto, resiliente y centrado en el usuario.
En tiempos de transformación digital, la confianza sigue siendo el activo más valioso. Diseñar sistemas que se integren de forma segura, respondan en tiempo real y que devuelvan la tranquilidad a los usuarios ante una estafa no es un lujo, es una necesidad.
¿Crees que estamos listos para adoptar este tipo de modelos en Latinoamérica? Deja tus comentarios al respecto y continuemos la conversación.
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